dc.description.abstract | Sea porque mi nombre y ambos apellidos son los mismos que el de mi abuelo, sea por el cariño especial que me prodigaron mi padre y sus hermanos, siempre me he sentido el padre de mi padre y el abuelo de mí mismo. Felizmente en esta repetición de nombres, que el tiempo oculta sutilmente, no me ha tocado ser Aureliano, el de la cola de cerdo, de Gabo, que amenace poner fin a nuestra estirpe. Mas bien esa feliz coincidencia entre mi nombre y el de mi abuelo, ha dejado que mi querido tío Abundio, me permita hacer un prefacio a su "Cumbre Baja". En todo Pampas Grande es conocido la afición por las letras de los hermanos Silva Colonia, pero de manera particular la de Abundio. Tuve noticias de la existencia de "Cumbre Baja", hace bastante tiempo, pues cada encuentro con Abundio, por muy fortuito, terminaba en una gran velada, donde el deleite_llegaba con sus narraciones, llenas de colorido, con detalles fascinantes donde la infinita imaginación de cada uno volaba libremente. Recuerdo claramente su voz, a veces dulce, sus frases m!Jchas veces mordaces, sus expresiones irónicas, a veces tierno como una caricia y su risa volando libre como las aves del campo. Abundio es la confluencia de muchas voces y en "Cumbre Baja" encontraremos sus "curiosidades", es decir, un torrente de tradiciones, hechos memorables, costumbres, poesías y datos que han sido registrados desde 1947, /11/ CUMBRE BAJA y han discurrido, como nuestro río Huinchus, a veces caudaloso, a veces cadencioso, a veces silencioso, hasta nuestros días. Que duda cabe, "Cumbre Baja" es la síntesis de las voces que nos llegan del pasado para trascender al futuro. •·· La mayoría de chacras de Pampas Grande, sedientas de agua, se empreñan con las lluvias de enero. Los árboles reverdecen, las hierbas brotan y florecen, la tierra húmeda evapora la geosmina, lazo invisible y eterno entre la tierra mojada y la memoria de los hombres del campo. Don Abundio es como la tierra mojada de Huanlla o de Paccrapampa, en sus laderas encontramos robustos datos históricos, como las capusas; valiosa recopilación de cuentos y leyendas, como las vainas de la tara; dulces poemas, como las ullmas del campo; punzantes ocurrencias, como los mitos maduros; los anecdotarios, las curiosidades e inquietudes, florecen como los amancaes y las cojumarias. Abundio, ha dejado que su formación autodidacta, como las lluvias de enero sobre las tierras de Paccrapampa, fecunden su alma ·y su "Cumbre Baja" se convierta en una llanura fragante de árboles rústicos, de flores vistosas y hierbas frescas. A veces cronista de su tiempo, en sus páginas podemos encontrar datos de precisión muy aceptable, como la referencia a la visita que hiciera el Dr. Eleazar Guzmán Barrón a Pampas Grande para combatir un brote de peste bubónica, en 1924. Este médico huarino, especializado en bioquímica, si bien no fue "uno de los sabios más grandes en el perfeccionamiento de la bomba atómica", como lo indica Abundio, fue un científico de talla mundial, autor de una gran cantidad de publicaciones científicas entre 1950 y 1964, sobre el efecto de la radiación ionizante a nivel molecular. Es decir, estudió los efectos de la energía liberada por los isótopos, tras una explosión nuclear, sobre las moléculas que forman parte de los tejidos vivos. 112/ ABUNDIO SILVA COLONIA Con gran aproximación empírica, hace también la descripción geográfica, política y económica de Pampas Grande. Muy a su estilo, éstas vienen sazonadas de desafíos a quienes pudieran aportar datos de mayor confiabilidad. Así, soberbio, cual ave que trina sabiendo de sus alas fuertes, dice que "el nombre de Pampas Grande sólo viene desde 1907, o pueda que alguien tenga un documento que contradiga a la presente aseveración" o con una mayor delicadeza nos lanza sus certezas, "Estoy tan seguro que algunos pampasgrandinos deben tener algún documento que en algo se relacione con la fundación de nuestro pueblo, que por su inocencia o a falta de curiosidad no lo sacan a publicidad", refiriéndose a la fundación de Pampas Grande. En los escritos de Abundio, especialmente en lo concerniente a la narración de los sucesos tradicionales, encontramos el estilo de nuestro tradicionalista Ricardo Palma. La ironía, los datos crudos y su constatación, la tradición oral convertida en un susurro, luego en un garabato y finalmente en la expresión pueblerina salpicada de palabras, frases y topónimos quechua hacen de "Cumbre Baja" una joya y de Abundio un genuino tradicionalista. Basta entrar, con la mente abierta de par en par y la imaginación sin pircas ni tranqueras, al capítulo de "Costumbres y diversiones" o los "Sucesos Curiosos y Casuales en la Vida de Campo", y entregarse al "ratapuchi" en una noche de luna, rodar y rodar en la era donde el dorado . trigo duerme, y escuchar nuestras propias voces, "pitana metanarak kem- 1/apecan", coqueteando en interminables juegos de campo. También he pasado y repasado las últimas páginas del borrador de "Cumbre Baja" y mis ojos han penetrado en el tiempo: años, décadas, al menos dos siglos desfilan ante mí, dóciles, en un orden empírico pero genial que le da Abundio al "Entroncamiento de la Familia Silva Codificado". Me conmueve imaginar los rostros, los gestos, las frases, las /13/ CUMBRE BAJA voces de Sebastián, Juana, Ana, Isabel, etc. Y pienso si no es el mismo que la que veo en Gonzalo, Aurora, Vilma, Antonio y otros de mis primos hermanos. Si bien por estas hojas no desfilan los Arcadio, los Aureliano y los Buendía de Gabo, están los Saavedra, los Silva, los Toscano, los Trinidad, los Jaimes, los Huerta y en estos apellidos, me temo, no faltaron los poetas, los soñadores, los alquimistas, los labradores, los pastores y los cantores. Nuestros dos siglos de soledad, como los cien años de los Buendía de Gabo, encuentran su síntesis en cada uno de nuestros gestos, en las ironías de un primo, en la risa de una hermana, en las muecas de una tía, en la gracia de un hijo, en el porte erguido de un tío o en la fina pluma de Abundio. "Cumbre Baja" no es el producto de una gestación, es el resultado de una evolución, donde el tiempo ha sido anclado en cada punto memorable, y el espacio físico preexistente ha sido el escenario de nuestras tragedias, de nuestras glorias y nuestras añoranzas. Todos hemos caminado por los mismos senderos, hemos mirado las mismas piedras, amamos las mismas flores, escuchamos los mismos trinos y nos saciamos con los mismos manjares. Mi abuelo, fue lo que mi padre, yo lo que mi abuelo y mi hijo lo que mi tío y así andamos en el tiempo, henchidos de soledad. Por ello, "Cumbre Baja" es el soplo revivificante y mágico que Abundio ha inventado, a lo largo de toda su vida, para limpiar el polvo que cubre a nuestros muertos. En él, como ante la sombra de un arrayán añejo, nos sentaremos bisabuelos, abuelos, padres, tíos, paisanos y amantes. Nos reuniremos, lloraremos y reiremos, nos estrecharemos en un abrazo y sentiremos que nadie queda atrás. | |